El cloro para una piscina es tan fundamental como lo puede ser la estructura misma o el agua que se vierte para que su uso sea posible. De manera general, el cloro es el químico más empleado para prevenir la contaminación de las piscinas, coadyuvando a que el agua se mantenga por el mayor tiempo posible apta para su uso.
Como ya es sabido, el cloro es uno de los productos más confiables para evitar la proliferación de bacterias en el agua estancada dentro de una piscina, así como para soslayar la producción de algas y contrarrestar el efecto de los minerales naturales que contiene el preciado líquido y que pueden causar cambios significativos en el agua de forma visible, destacándose principalmente por hacer que adquiera un color verduzco, poco salubre para el baño y, en definitiva, el contacto con la piel.
El cloro es un líquido lleno de muchos atributos, cuando se trata de mantener áreas húmedas, libres de bacterias y cualquier otro agente que pueda contaminar e impedir el disfrute de éstas. En el caso de las piscinas, sucede lo mismo, ya que el uso del cloro permite disipar, eliminar y evitar la aparición de todo tipo de microorganismos que puedan afectar la salud.
En una medida adecuada, el cloro no causa efectos colaterales en la piel, siempre que la exposición a éste no sea diaria, de lo contrario, podría evidenciarse resequedad moderada en la piel y en el cabello, nada de qué preocupase.
Si hacemos el uso correcto del cloro, podremos no solo ayudar a que las condiciones salubres de la piscina se preserven por muchos días, sino que también será posible mantener un índice adecuado del p H, pues, de lo contrario, los bañistas podrían sufrir consecuencias desagradables ante el contacto con el agua, como irritación de la piel y de los ojos, herpes bucales, piquiña en la garganta, entre otros síntomas perjudiciales, impidiendo que el baño en una piscina sea una experiencia saludable y recreativa.
Por si fuera poco, el cloro es un líquido prácticamente imprescindible en la vida de todo ser humano, dado a que permite erradicar todo tipo de organismo peligroso que pueda afectar nuestra salud y la de todos los que cuidamos a diario. Tanto es así, que su uso no se restringe a una piscina, sino que igualmente se usa (en otras cantidades y medidas) para desinfectar superficies hongos, virus y bacterias, con buenos resultados.
En el ámbito clínico o de la salud, el uso de cloro para esterilizar un quirófano o algunas herramientas de medicina, es bastante común, puesto que su poder es alto y en la mayoría de los casos seguro para evitar infecciones que puedan poner en peligro la vida humana.
Por todas y cada una de estas razones, el cloro es el mejor aliado, sobre todo de las piscinas que no poseen un sistema de purificación automático mediante un filtro, por lo que, si tienes piscina o estás próximo a tenerla, deberás considerar lo que te hemos dicho en esta ocasión.