Cuando pensamos en una piscina infantil, lo primero que nos viene a la mente es diversión y seguridad. Con estas dos palabras claves debemos guiarnos para encontrar un diseño que provea a los más chicos de pasar un grandioso momento dentro del agua.
En tal sentido, establecer esas cosas que pueden hacer de una piscina un lugar seguro y cómodo para los niños, es fundamental para trabajar en función de ello.
Al pensar en una piscina infantil, es importante considerar todos los aspectos que deben constituir esa piscina que estamos pensando construir. Por ejemplo, el piso, la altura, el acceso y la salida a ella, la cercanía con la casa y otras cosas más que deben tomarse en cuenta porque son de mucha relevancia cuando lo que se desea es hacer el mejor trabajo posible, tomando en cuenta que existe un gasto tremendo en su construcción.
Si queremos hacer una piscina que cumpla que las normas de seguridad y que pueda ser un lugar ideal para el disfrute de nuestros hijos pequeños, vale tener en cuenta los siguientes aspectos:
El piso
El piso de una piscina debe ser el más fácil para que los niños puedan movilizarse sin problemas dentro del agua. Recordemos que una piscina infantil no está generalmente diseñada para nadar, sino para que los chicos jueguen estando de pie, por lo que el contacto con el piso es frecuente y por eso debemos tener un piso que les permita movilizarse con comodidad y destreza.
Existen pisos que suelen tener detalles en azulejos o baldosas especiales para piscina, pero en estos casos en que la piscina está destinada para los más pequeños de la casa, no se recomienda su uso por la sensación que puede generar al tacto con los pies de estos.
En cuanto al piso externo a la piscina, es decir, toda la superficie que rodea la misma, deben buscarse materiales anti resbalantes porque estos van a ayudar a que pese a la humedad o ante una superficie mojada, los niños no sufran accidentes que pueden ser consecuencia de un piso resbaloso. Asimismo, se sugiere el uso de rejillas alrededor de la piscina para que el agua que salga de ella pueda drenarse y evitar charcos o áreas muy mojadas que puedan generar caídas o accidentes al salir.
La profundidad
En tiempos pasados, las piscinas eran construidas con una profundidad que podría superar los dos metros, sin embargo, las cosas cambiaron y ahora el tema del ahorro de agua es una prioridad. En el caso de las piscinas infantiles, la profundidad no debería pasar de 1 metro, puesto que de lo contrario su uso sería limitado para niños de edades específicas.
La cercanía con la casa
Las piscinas para niños requieren que se les supervise durante todo el tiempo que los chicos vayas a usarla, puesto que por ser niños necesitan cuidados especiales y una atención ininterrumpida. Por eso, y con el objeto de tener cerca las comodidades dentro de la casa, la piscina debería ubicarse próxima a la construcción de ésta.
Para tener una piscina infantil, solo es necesario prever todos los aspectos que puedan hacerla más insegura y trabajar en función a un área que sea idónea para jugar con cuidado.